No se trata solo de revisar motores, llantas o papeles: se trata de poner orden. Desde el 2 de junio a la fecha, la Dirección General de Transporte (DGT) ha desplegado 30 operativos sorpresa en distintos puntos del país, con el objetivo de verificar que las unidades del transporte extraurbano de pasajeros cumplan con las condiciones técnicas, documentales y de seguridad necesarias para circular.
Durante estas intervenciones, se inspeccionaron 1,130 autobuses, de los cuales 57 fueron sancionados por diversas irregularidades que van desde falta de documentos, malas condiciones mecánicas, hasta incumplimientos en rutas y tarifas autorizadas, informó el director de la DGT, Mynor Estuardo González Henriquez.
Los motivos detrás de estas sanciones revelan un patrón preocupante, pero también una reacción firme, debido a que se han registrado:
-15 por carecer de tarjeta de operaciones o licencia autorizada por la DGT
-11 por no contar con seguro vigente
-2 por tener pilotos no registrados oficialmente
-24 por exceso de pasajeros (sobrecargo)
-4 por documentos vencidos
-1 por no portar tarjeta de circulación
Provial
Detrás de estos números hay algo más poderoso que el silbato del inspector: la voz de los usuarios. Las denuncias ciudadanas han sido fundamentales para detectar anomalías y orientar los operativos hacia zonas y unidades problemáticas.
Esto refleja el impacto positivo de una ciudadanía activa y comprometida, que no solo utiliza el servicio, sino que exige calidad y legalidad.
Estas acciones no son aisladas. Forman parte de una estrategia integral impulsada por el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) para mejorar la calidad del transporte público y fortalecer la fiscalización del servicio. Desde el CIV se reconoce que la movilidad urbana segura y eficiente es un derecho, y también una prioridad de gestión.




