El sábado por la noche, la Dirección General de la Policía Nacional Civil (PNC) recibió el féretro del agente David Marroquín Valdez, quien perdió la vida durante un operativo de seguridad vial. El agente resultó atropellado por un conductor en estado de ebriedad mientras intentaba disuadir carreras clandestinas en la avenida Las Américas, zona 14. Gravemente herido, fue trasladado al Hospital Roosevelt, donde más tarde falleció en cuidados intensivos.
El autor del hecho fue capturado en el lugar, bajo los efectos del alcohol. Su actuar imprudente dejó en luto a una institución y a una familia. De inmediato, fue puesto a disposición de las autoridades para enfrentar la justicia.
La familia policial despide a un héroe
Este sábado, en la Galería de Honor de la sede central de la PNC, se llevaron a cabo las honras fúnebres en memoria del agente Marroquín Valdez. Policías de distintas unidades pasaron estado de fuerza e informaron al director general, David Estuardo Custodio Boteo, de la ausencia definitiva del compañero caído en cumplimiento del deber.
David Marroquín Valdez tenía 32 años y más de una década de servicio en la PNC. Originario de Jalapa, pertenecía a la 34ª promoción de agentes policiales. Durante su carrera profesional, sirvió en la Comisaría 14 y en la Subdirección General de Operaciones, culminando su labor en el Departamento de Tránsito. Deja en la orfandad a dos hijas, de 11 y 15 años, respectivamente.
Presencia de autoridades en el acto fúnebre
La ceremonia contó con la presencia del viceministro de Seguridad, José Portillo; el director general de la PNC, David Custodio; el subdirector de Operaciones, Jacinto Quiché; y el jefe del Departamento de Tránsito, David de Paz, entre otros mandos policiales. Todos ofrecieron su respaldo a la familia y compañeros del agente fallecido.
Durante el homenaje, el viceministro Portillo pronunció un discurso cargado de emotividad y firmeza. Subrayó que el agente eligió servir a su patria con dedicación y convicción. También, lamentó que la causa de su muerte fuera la irresponsabilidad de un ciudadano que, al conducir bajo efectos del alcohol, no solo puso en peligro su vida, sino que truncó la de un servidor público.
Portillo, enfatizó:
El mayor orgullo es haber servido con profesionalismo y determinación a la patria. No podemos seguir tolerando estos actos de negligencia. La Policía merece respeto y esta pérdida no quedará impune.
Una promesa institucional
El Ministerio de Gobernación aseguró que se tomarán todas las medidas necesarias para que este caso no quede sin consecuencias legales. La promesa es clara: dar justicia a la familia y al legado de Marroquín Valdez, y redoblar esfuerzos en los operativos de seguridad ciudadana, velando siempre por la integridad del personal policial.
El mensaje final fue dirigido a la población: respetar la vida propia y la de los demás. Las autoridades reiteraron que hechos como este pueden evitarse si existe responsabilidad colectiva. El agente David Marroquín Valdez no murió en vano; su sacrificio debe motivar a todos a valorar la labor policial y contribuir a un país más seguro.
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